Periodista. Trabajé durante más una década en El Mundo hasta que me cansé de eso que llaman la "vocación". Madrileña con un gen cántabro y, quizás por eso, obsesionada con los mares. Tengo un hijo y una hija que me roban el sueño y me regalan besos.
Periodista. Trabajé durante más una década en El Mundo hasta que me cansé de eso que llaman la "vocación". Madrileña con un gen cántabro y, quizás por eso, obsesionada con los mares. Tengo un hijo y una hija que me roban el sueño y me regalan besos.