Analizando un ecommerce real durante un año, vimos algo sorprendente. Un solo error técnico, que se repetía en determinados dispositivos sin que nadie se percatara, estaba costando casi 5.000 euros diarios. Al multiplicarlo por todo el año, la cifra superaba los 1,7 millones de euros en ventas perdidas. Y lo más impactante es que este ecommerce ni siquiera sabía que tenía ese problema.